Después de ver como el Sr. Pujol abroncaba a todo un Parlamento como el de Cataluña, creyendose poseedor de todo el «Pais Catalá» y de todo lo que hay en él, incluido el sentir de todos los Catalanes, comprendo mucho más las ganas de Independencia de estos políticos que piensan siempre en su cortijo, en su «propiedad privada», en sí mismos, en lugar de pensar en hacer gestión y políticas que busquen el progreso de la Comunidad Autónoma de Cataluña y de los Catalanes.
Una vez que se tiene claro que los Clanes de los Pujol, Mas y Junqueras solo quieren enriquecerse y tener más poder para sus chanchullos económicos y arrogantes, tengo muy claro que van a hacer que se vote la independencia sea como sea, y al contrario de lo que piensa el Gobierno de Mariano Rajoy, yo tengo clarísimo que lo van a hacer SI o SI, porque es la excusa que necesitan para ponerle la alambrada al Cortijo, y que nadie les pueda vigilar ni regañar cuando hagan lo que se les antoje en su Reino.
Y ahora que estoy seguro que se va a votar, me planteo una pregunta simple:
¿Quien va a poder Votar?
¿Podremos votar todos los Españoles?
Claramente no nos van a dejar, ya que todos votaríamos que NO, porque no queremos un Pais fragmentado, y deseamos seguir con Cataluña porque la consideramos nuestra.
Pero ahora pensemos en otras preguntas, cuanto menos más dudosas y controvertidas:
¿Podría votar un Tarragonés de nacimiento que se echó novia en Vinaroz y se fue a vivir a Castellón con ella? ¿Podría votar una estudiante nacida en Lleida que ha elegido su carrera en la Universidad de Zaragoza? ¿Podría votar una familia de las de Girona de toda la vida que después de años en paro les ha salido un trabajo en Burgos y se han mudado allí?
Probablemente la respuesta a todas estas preguntas, aunque claramente injusta sería NO, ya que no están empadronados en el censo de ningún municipio de Cataluña, y eso, aunque sean nacidos y con apellidos históricos catalanes, no les permitirá decidir si su amada tierra puede romperse de la España en la que estudian, trabajan o viven.
Ellos, al igual que el resto de Españoles, por muy Catalanes que sean, tendrían que sucumbir al capricho de los que quieren poner una alambrada en su cortijo.
Y ya, puestos a meditar sobre ello, ¿Podrá votar el madrileño que le ha salido un trabajo de 6 meses en Mataró y que empadronado temporalmente en San Boi de Llobregat le pillé allí la votación?
Pensando sobre ello hay muchas variables, pero todas van a ser injustas porque se va a privar de opinar a ciudadanos que, con unos u otros vínculos con Cataluña, sienten como yo, que nos quieren robar «un trocito de nuestra patría», y teniendo en cuenta que estuve viviendo un año en Lleida, cuando todavía se llamaba Lerida, a lo mejor debemos plantearnos modificar nuestra vivienda y el empadronamiento ahora, de cara al 9-N, antes de que estos pongan la alambrada en el Cortijo.